Sin embargo, el verdadero sueño de este grupo entusiasta era construir un Templo Rosacruz y esto sí que era una hazaña muy difícil de realizar, pero no para este entusiasta grupo. Empezaron en pequeño, pero soñando en grande. Uno de ellos donó el terreno donde se iba a construir el Templo Rosacruz. Otros donaron materiales, muchos más manos de obra. Y Consiguieron toda la información y la aprobación necesaria a través de la Gran Logia ubicada en San José California, incluyendo el diseño del Templo para que cumpliera con las especificaciones que se exigían para ello. Entonces, este grupo tenía dos actividades, las actividades normales de un organismo rosacruz en operación y las actividades necesarias para la construcción del Templo. Estas últimas actividades incluían duros trabajos de albañilería en campo, con mano de obra de los mismos miembros, para ir construyendo poco a poco lo que hoy conocemos como nuestro Templo Rosacruz.